jueves, 29 de noviembre de 2012

Sabor a vampiro


Kristen Stewart, Bella en Crepúsculo

Hoy toca hablar de la saga Crepúsculo (2005)… ¡Cómo obviar tan mencionada historia! Aprovechando que Summit está sacando jugo a los abdominales de Taylor Lautner por última vez, hemos querido brindar por esos cuatro añitos de gloria de la versión cinematográfica de esta publicación.

Y rendimos homenaje porque, después de 2008 hay dos tipos de personas, las que han leído la Saga Crepúsculo y las que no.
Y aún más, existen dos tipos de personas dentro de las que han leído Crepúsculo: Aquellas que dicen llamarse “Team Edward y Team Jacob”.

Ésta, una historia dirigida especialmente para lectoras adolescentes que no sabían que hacer una vez hubo acabado el éxito de revistas tales como Bravo o Superpop, apareció como un halo de luz al que aferrar su tiempo libre soñando con amores eternos…Y las salvó.

Pero lo increíble de ésta historia es que no las salvó únicamente a ellas, atrapó a sus madres (sí, esas mujeres de mediana edad que querían reencontrarse con aquella experiencia de sus años mozos cuando parecían levitar por alguien). Y, con esto se creó un vínculo especial de complicidad que, entre “recoge tu cuarto y quita la mesa” les permitió pelear como hermanas por acabarse el libro para dar paso a la siguiente…y esa maravilla en pocas ocasiones se ha dado.

¿Cómo no darle el título de best-seller a ésa que ha hecho que madres e hijas vayan juntas al cine y disfruten ambas?

Lo cierto es que la autora se lo montó bastante bien: vampiros sin ojeras y con millones para más de un Volvo por libro, belleza infinita y cientos de años para perfeccionar un habla y aroma delicado con el que derretir a la nueva del pueblo; el eterno amigo enamorado (que, dicho sea de paso, parece salido de un anuncio de Calvin Klein) es hombre lobo e incansable conquistador…
Ahí sólo hemos plasmado tres de los personajes sin mencionar las diferentes tramas con los Vulturis, luchas, tradición de enemistad entre vampiros y hombres lobo y demás acción que no permita caer en la diabetes al tiempo justo.

Porque sí, porque rompió los esquemas de lo ya trillado, porque ha hecho que la palabra “imprimar” ya no nos suene a ir a por fotocopias y porque ninguna, y repito, NINGUNA, NINGUNÍSIMA novela promete el “hasta siempre” como ésta.

No existe amor más eterno que el de dos seres inmortales, ni siquiera existe un “hasta que la muerte los separe” y este detalle nos deja satisfechos…Por fin un autor cumple con su ''Para siempre'' propio de un final felíz.

Existe bastante controversia con la realización de las películas y su comparación con el libro, lo cierto es que pocas veces una película gusta más que la novela. En éste caso, cabe mencionar que la Saga escrita contiene fragmentos que hacen empatizar con el sentimiento de la protagonista ipso facto. Momentos de extrema felicidad o dolor se devoran solos con la retórica de Stephanie Meyer…

Por eso, desde aquí invitamos a todos los escépticos del amor imposible y demás prejuiciosos que prueben a soñar con un poco de lectura amena y romántica.

Y, sí, quizá sea un amor estereotipado, pero… ¿Por qué no? ¿A todos nos gusta un poco de felicidad absurda de vez en cuándo verdad?

P.D.  El segundo libro es no apto para aquellos que le hayan roto el corazón recientemente, tiene sus contraindicaciones.

Escrito por La Sirenita

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