viernes, 30 de noviembre de 2012

El principio del amor

¡Feliz Día de las Librerías!
No recuerdo exactamente la primera vez que entré en una librerías y, para ser sincero, nunca le he preguntado a mi madre cuándo fue o por qué entramos (aunque seguramente sería para lo típico-tópico que se hace en las librerías... ya sabes, comprar libros). No obstante, recuerdo perfectamente la primera vez que yo le dije a mi madre: vamos a la librería. 

Seguramente yo tendría 8 años (aunque ya sabéis, la memoria falla muchas veces) y acababa de leer el primer tomo de la historia de Harry Potter, que cayó en mis manos poco menos que por accidente. Cuando eres pequeño, hay un día que te plantas delante de la biblioteca de casa buscando ver qué hay más allá de portadas bonitas y títulos más o menos llamativos. En algunos casos, esperas un libro con muchos dibujitos, en otros esperas cualquier cosa... 

Así, me decidí a coger Harry Potter y la piedra filosofal, que en principio le habían regalado a mi hermana, pero que ella ni tocó, y comencé a leérmelo. Lo devoré. Y en cuestión de tres días ya estaba pidiéndole a mi madre ir a la librería a comprar el siguiente libro. 

La primera librería que recuerdo es Li-bri-tos, un rincón malagueño que, en sus primeros tiempos, se encontraba en uno de esos callejones de calle Granada. Era un rincón con encanto. Es más, la primera vez que estuve allí me imaginé si realmente Flourish & Botts no sería como aquel lugar: una pequeña habitación rectangular con las paredes hasta arriba de libros.

Recuerdo perfectamente el aroma y la sensación que, allí, tenía mil y una historias que querían salir de aquel lugar y meterse en mi mente, poblar mi imaginación. ¡Feliz Día de las Librerías!

Escrito por Harry Potter, hoy menos Harry Potter 


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