miércoles, 16 de enero de 2013

Tesoros.


El placer de la lectura nos transmite grandes sensaciones, desde el tacto rugoso de algunas de sus páginas, hasta el olor que deja tras el paso de sus hojas.
Pero nada es una simple coincidencia. ¿Has abierto alguna vez un libro viejo que guarda tu abuela en sus estanterías? El olor, el tacto, el color... son apreciaciones bien distintas al libro que te regalaron por Navidades. Cada libro es un tesoro, que además de relatar una historia entre sus páginas, contiene una propia.
Esa es la maravilla de tener libros físicos. Cuando pasen unos años y lo vuelvas a abrir, más allá de recordar la historia que cuentan sus líneas, te acordarás de tu propia historia, las noches en vela, las tardes frente al mar, la flor, ahora seca, que te regaló aquel simpático chico y que sigue intacta entre sus páginas...
Los libros se convierten en nuestro tesoro, en nuestros mayores secretos, en nuestro legado.


"El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo". Gustavo Adolfo Bécquer 


Escrito por Katniss Everdeen

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